03 mar.
La testosterona hace que el esfuerzo se sienta bien - Andrew Huberman y Joe Rogan
Joe Rogan, el anfitrión de uno de los podcasts más populares del mundo, The Joe Rogan Experience, es conocido por sus conversaciones de amplio alcance con invitados de todos los ámbitos de la vida. En un episodio reciente, Rogan se sentó con Andrew Huberman, un neurocientífico y profesor de la Universidad de Stanford, para discutir los efectos de la testosterona en el cuerpo.
La testosterona es una hormona que desempeña un papel crucial en el desarrollo masculino y afecta una amplia gama de procesos fisiológicos. En su conversación, Rogan y Huberman exploran la ciencia detrás de la testosterona, sus efectos en la masa muscular, el deseo sexual y la salud en general, así como la controversia en torno al uso de suplementos de testosterona.
La conversación es informativa y entretenida, ya que los dos expertos profundizan en la ciencia de las hormonas más fascinantes del cuerpo humano. Ya sea que seas un entusiasta del fitness que busque optimizar tu rendimiento, un investigador interesado en los últimos hallazgos sobre la testosterona o simplemente curioso acerca del funcionamiento interno del cuerpo masculino, esta conversación entre Rogan y Huberman seguramente proporcionará ideas valiosas y discusiones estimulantes.
La testosterona es una hormona que desempeña un papel crucial en muchas funciones fisiológicas del cuerpo, incluido el crecimiento muscular, la densidad ósea y la función sexual. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que la testosterona también puede influir en cómo percibimos el esfuerzo y la recompensa, lo que la convierte en un factor esencial en nuestra motivación para alcanzar nuestras metas. En este artículo, exploraremos los argumentos presentados por el neurocientífico Andrew Huberman, quien explica por qué la testosterona hace que el esfuerzo se sienta bien.
Según Huberman, la testosterona influye en el sistema de recompensa del cerebro al aumentar la liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la motivación. Cuando nos involucramos en una actividad desafiante, como el ejercicio o el trabajo, nuestro cerebro libera dopamina para indicar que vale la pena perseguir el esfuerzo. Esta respuesta se conoce como el "circuito de recompensa".
La testosterona amplifica este circuito de recompensa, haciendo que la liberación de dopamina sea más potente y sostenida. Huberman explica que esto es por qué los hombres a menudo informan sentir una "oleada" o "euforia" después de completar una tarea desafiante. Esta sensación de euforia es el resultado de que el sistema de recompensa del cerebro se activa en mayor medida de lo habitual.
Además, la testosterona también puede afectar cómo percibimos el dolor y la incomodidad asociados con el esfuerzo. Huberman señala que la testosterona puede aumentar la tolerancia al dolor al reducir la actividad de los nociceptores, neuronas sensoriales que transmiten señales de dolor al cerebro. Esto significa que las personas con niveles más altos de testosterona pueden tolerar más dolor e incomodidad que aquellos con niveles más bajos. Como resultado, pueden sentirse más inclinados a llevarse al límite físico, sabiendo que el esfuerzo valdrá la recompensa.
Finalmente, la testosterona también puede afectar cómo abordamos las situaciones sociales. Huberman señala que la testosterona puede aumentar la dominancia social y la agresión, lo que puede influir en cómo las personas perciben el esfuerzo y la recompensa en contextos sociales. Por ejemplo, los hombres con niveles más altos de testosterona pueden ser más propensos a participar en actividades competitivas, como deportes, y sentir un mayor sentido de recompensa cuando ganan. Por el contrario, también pueden ser más sensibles a las señales sociales y sentir un mayor sentido de recompensa cuando son percibidos como dominantes o exitosos.